Trastorno de estrés postraumático

Definición

En algún momento de su vida, puede sufrir una experiencia cercana a la muerte o un acontecimiento traumático similar. La experiencia aterradora puede hacer que el corazón le lata con fuerza durante días, recordarle la situación de peligro e incluso perseguirle en sueños. La mayoría de las personas se calman con el tiempo, a medida que la situación se asienta y los recuerdos aterradores se desvanecen. Sin embargo, una de cada diez personas que experimentan un acontecimiento de este tipo sufrirá “estrés postraumático”, un trastorno en el que la ansiedad y la tensión del suceso persisten durante un mes o más, lo que les hace alternar entre un estado de extrema sensibilidad, sobresaltados ante el menor ruido, y un estado de letargo.

Suele producirse tras una guerra o catástrofe, o en circunstancias excepcionales y potencialmente mortales, como una agresión sexual o un accidente de tráfico. Una vez experimentados los síntomas, la persona queda con una ansiedad intensa y siempre en alerta máxima para evitar desencadenantes que le recuerden el suceso. Las víctimas de agresiones sexuales pueden sentirse amenazadas con sólo ver el trasero de un hombre fuerte, lo que les dificulta salir a la calle, mientras que las víctimas de accidentes de tráfico pueden ver bombonas de gas en un callejón y retroceder por miedo a que exploten. Esta ansiedad excesiva puede limitar la vida y, en casos graves, manifestarse como no salir de casa o de la habitación.

El trastorno de estrés postraumático no es el resultado de ser mentalmente débil o tener poca voluntad, y puede ocurrirle a cualquiera, independientemente del sexo o la edad. Lo importante es que si respondes adecuadamente en las primeras fases de un accidente, podrás evitar que se agrave y recuperarte más rápidamente del shock y la ansiedad del accidente.

Causas

Las causas pueden resumirse en tres

La magnitud del impacto del accidente

Hay opiniones divergentes sobre si el TEPT es más frecuente en los accidentes de mayor envergadura. Más bien se cree que influyen más el temperamento del individuo, su experiencia o la repetición del incidente. Las personas corren más riesgo si han sido asustadas por algo peligroso en el pasado, o si la situación de peligro es continua, como en una situación de catástrofe (terremoto, inundación). También sufren más en situaciones en las que se ven obligadas a seguir pensando en el incidente, como en un accidente de coche con daños físicos o una agresión sexual, o en situaciones en las que se ven obligadas a ir a juicio.

Cambios cerebrales

Hay un pequeño órgano en el cerebro llamado “amígdala” que prepara nuestro cuerpo para situaciones peligrosas. Cuando esta parte del cerebro se activa, mueve rápidamente el cuerpo para prepararse a escapar del peligro, incluso antes de que seamos conscientes de ello. Cuando el peligro desaparece, una parte del cerebro llamada “corteza cingulada anterior” se activa para apagar esta alarma y volver a la vida normal. El TEPT es una enfermedad en la que estas alarmas se activan innecesariamente y no se apagan bien. Ambas se encuentran en las profundidades del cerebro, por lo que no es fácil, pero se está investigando cómo regularlas.

Relación con otros trastornos mentales

Si tienes un trastorno depresivo o relacionado con sustancias preexistente, tienes más riesgo de desarrollar TEPT después del mismo accidente, y si desarrollas síntomas después de un accidente, a menudo se asocia con otros trastornos mentales, por lo que debes tener cuidado de no recurrir a la bebida para lidiar con el insomnio o el miedo después de un accidente.

Síntomas

Inmediatamente después de un accidente, el TEPT puede caracterizarse por miedos y pesadillas relacionados con el accidente, pero con el tiempo puede convertirse en una serie de otros problemas, como insomnio, depresión y dependencia del alcohol.

  • Pesadillas relacionadas con el accidente
  • Flashbacks, en los que escenas, sensaciones o sentimientos relacionados con el accidente se reviven tan vívidamente como si aún estuviera despierto.
  • Sensibilidad a pequeños sonidos que le sobresaltan
  • Sensación de que las cosas más pequeñas parecen precarias y peligrosas
  • Evitación de todos los estímulos, incluidas las personas y las escenas que le recuerdan el accidente.
  • Permanecer inmóvil y aturdido o aletargado.
  • Sentirse constantemente tenso y ansioso, como si estuviera a punto de ocurrir algo peligroso.
  • Sentirse desconectado de la gente, como si intentaran aprovecharse de mí.
  • Sentimientos de culpa, ira, etc. hacia uno mismo y hacia los demás.

Trastorno de estrés postraumático en niños

Los síntomas del TEPT en los niños son similares a los de los adultos, pero puede haber algunas diferencias, como por ejemplo

Las pesadillas y la ansiedad sobre el accidente que se producen en los adultos también pueden darse en los niños. En los niños en edad preescolar, es frecuente la “ansiedad por separación”, es decir, un miedo intenso a separarse del cuidador, y también puede producirse una regresión a actuar como un niño más pequeño en situaciones de estrés grave. Pueden tener dificultades para conciliar el sueño, despertarse con frecuencia y evitar estímulos asociados a accidentes, al igual que los adultos. Los niños también pueden, después de algún tiempo, tratar de aliviar su ansiedad a través de juegos con temática de accidentes.

Criterios diagnósticos

Para realizar un diagnóstico de TEPT, es necesario observar, evaluar y confirmar los síntomas que aparecen tras experimentar un acontecimiento traumático. No se puede utilizar una resonancia magnética cerebral o un análisis de sangre para diagnosticar el TEPT.

Acontecimientos/accidentes

Un acontecimiento que causa TEPT es un nivel de estimulación que va mucho más allá de una situación de crisis que experimenta normalmente una persona normal. Acontecimientos significativos, como resultar gravemente herido o amenazado de muerte, o presenciar cómo otra persona muere o resulta gravemente herida, pueden desencadenar los síntomas. Y lo que es más importante, los síntomas pueden impedirle recordar el incidente. Se trata de un caso de represión psicológica, en el que el recuerdo del suceso es tan angustioso que resulta difícil recordarlo, y las observaciones de quienes le rodean deben ser corroboradas.

Duración.

Es normal tener pesadillas o pensamientos recurrentes sobre el accidente durante unos días después del mismo. Si los daños corporales son graves, los síntomas pueden empeorar al cabo de unos días o una semana. La mayoría de las personas mejoran entre una y dos semanas y, en algunos casos, los síntomas pueden durar hasta un mes. Si los síntomas duran menos de un mes, se diagnostica como “trastorno por estrés agudo”. El trastorno de estrés postraumático se diagnostica cuando los síntomas persisten durante más de un mes después del incidente, porque la gravedad y la duración de los síntomas más allá de ese plazo de un mes son claramente significativas.

Reexperimentación

Se refiere a la recurrencia de pensamientos, sentimientos o sensaciones sobre el accidente. Los ejemplos incluyen pesadillas que aparecen en sueños y flashbacks que se experimentan mientras se está despierto. La reexperimentación puede desencadenarse por cualquier estímulo relacionado con el suceso en sí. A veces se trata de evitar a la persona implicada en el incidente (la persona con la que estabas en el momento del incidente), a veces es la herida que te hiciste en el incidente la que es el desencadenante, igual que alguien que se ha electrocutado se sobresalta con la caída de un rayo o alguien que ha estado en un incendio es sensible al olor a quemado. A medida que empiezas a evitar estas reexperiencias, tu vida se vuelve cada vez más restringida y tus miedos aumentan.

Hiperactivación

Para evitar el dolor de volver a experimentar el suceso, la persona que lo ha sufrido puede encontrarse constantemente al límite. Estar al límite todo el tiempo les mantiene en un estado de extrema sensibilidad, lo que les hace cansarse con facilidad y sobresaltarse fácilmente. La dificultad para conciliar el sueño y los despertares frecuentes son también algunas de las quejas más comunes.

Evitación

Se tiende a evitar todos los estímulos que recuerdan el accidente para evitar los desencadenantes de la reexperiencia del mismo. Por ejemplo, sentarse más cerca de la puerta para poder huir rápidamente en caso de accidente, o dormir con la luz encendida porque se tiene miedo a la oscuridad. Esta evitación puede provocar más ansiedad si va demasiado lejos.

Estado de ánimo negativo

Tras un incidente surgen una serie de emociones negativas cuando se pierde la fe en las personas, la sociedad o el entorno. Entre ellas se incluyen el miedo, la culpa, la desconfianza y un sentimiento de victimización. Estas tendencias hacen que a las personas les resulte difícil aceptar la ayuda de los demás, sobre todo inmediatamente después de una catástrofe o cuando hay lesiones físicas de por medio y necesitan depender de otras personas durante un periodo de tiempo considerable.

Exploración física

Su médico puede realizarle un examen físico y hacerle preguntas sobre su salud para descartar otras afecciones físicas. En algunos casos, enfermedades coexistentes como la depresión pueden causar muchos síntomas físicos.

Análisis de sangre

Puede realizarse un análisis de sangre general o una prueba de la función tiroidea para comprobar si hay anomalías en su sistema endocrino.

Evaluación psiquiátrica

Un profesional de la salud mental le preguntará sobre sus síntomas, pensamientos, sentimientos y comportamientos. Es posible que le pidan que rellene un cuestionario para responder a estas preguntas.

Pruebas psicológicas

Junto con las medidas de autoinforme que usted complete, las pruebas psicológicas con un psicólogo clínico capacitado pueden ayudarle a evaluar sus síntomas y evaluar sus defensas y recursos internos para ayudar a desarrollar un plan de tratamiento.

Tratamiento

El trastorno de estrés postraumático requiere un reconocimiento precoz y un tratamiento continuo, ya que los síntomas tienden a ser graves y crónicos. Aunque es natural tener síntomas inmediatamente después de un incidente, se recomienda acudir a un profesional de la salud mental si los síntomas no mejoran o empeoran después de una semana de haber sufrido un acontecimiento traumático importante. Los tratamientos incluyen medicación para mejorar los síntomas y psicoterapias como la terapia de estabilización, la terapia de exposición y la terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares. La medicación suele utilizarse en la fase aguda, cuando los síntomas son graves, principalmente para controlar la reexperimentación y los síntomas de hiperactivación, y luego se pasa a la psicoterapia cuando el recuerdo del incidente es manejable. En cualquier caso, la estabilización es muy importante para que pueda experimentar que está a salvo.

Medicación

El trastorno de estrés postraumático es uno de los trastornos psiquiátricos más graves. No es infrecuente que se cronifique y es muy incapacitante. Es natural tener síntomas inmediatamente después de un accidente, por lo que la medicación no suele ser necesaria en ese momento. Sin embargo, si los síntomas son graves, pueden administrarse medicamentos como los bloqueantes simpaticomiméticos. Se puede considerar la medicación si los síntomas persisten durante más de un mes, o incluso antes si los síntomas son excesivamente graves, especialmente el insomnio. En las primeras fases del tratamiento, pueden utilizarse medicación y técnicas de estabilización para tratar la hiperactivación y el insomnio, y terapias psicológicas como la desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR) y la terapia de exposición para tratar los síntomas de evitación.

Medicación para dormir

Inmediatamente después de un accidente, el insomnio es frecuente debido a la conmoción del accidente o al dolor de los daños físicos. Puedes intentar esperar uno o dos días, pero si tu insomnio es grave, tu rutina se ve alterada o tenías insomnio antes del accidente, los somníferos pueden ayudarte a recuperarte. Es importante dormir bien desde el principio, ya que la tensión y la ansiedad pueden afectar a la recuperación mental y física. Algunas personas con traumatismos físicos graves o de edad avanzada pueden sufrir “delirium tremens”, en el que ven cosas por la noche o dicen cosas que no tienen sentido, lo cual mejora con el tiempo pero puede requerir medicación para mantener el sueño y evitar accidentes.

Antidepresivos

Los medicamentos que han demostrado ser eficaces para el TEPT son los inhibidores de la recaptación de serotonina, que se desarrollaron como antidepresivos. Este grupo de medicamentos reduce los pensamientos negativos en las personas con TEPT y es eficaz para la ansiedad y el nerviosismo. Suelen utilizarse junto con otros medicamentos para otros síntomas, como el sueño y el dolor. Los antidepresivos tardan de dos a tres semanas en hacer efecto, por lo que es importante seguir con ellos pasado el periodo de adaptación inicial. Las molestias iniciales con la medicación pueden incluir sentimientos de impotencia y embotamiento. El médico puede recetarle un medicamento si su enfermedad tarda demasiado en mejorar por sí sola o si los síntomas son lo bastante graves.

Medicamentos ansiolíticos

Las benzodiacepinas se utilizan a veces para la ansiedad grave y los síntomas de sobresalto. Las benzodiacepinas tienen un efecto inmediato y suelen utilizarse en las primeras fases de la ansiedad, pero se recomienda su uso a corto plazo debido a su potencial para crear hábito. El uso repetido y continuado de ansiolíticos sólo para el alivio sintomático puede conducir a la dependencia y sólo debe utilizarse en consulta con un profesional sanitario.

Otros

También pueden utilizarse bloqueantes nerviosos simpáticos para reducir la hiperactivación, especialmente inmediatamente después de un accidente, y estabilizadores del estado de ánimo y antipsicóticos en función de los síntomas.

¿Por qué necesito medicación psiquiátrica tras un accidente?

La recuperación mental del trauma de un accidente consiste en controlar los recuerdos del accidente y estabilizarse. Este proceso de recuperación se produce en la vida cotidiana y puede hacerse más eficaz con ayuda profesional, como asesoramiento o psicoterapia. Sin embargo, este proceso puede verse alterado si tiene demasiado insomnio, nerviosismo u otros síntomas que interfieran en su vida cotidiana, o si tiene mucho miedo o ansiedad como consecuencia del accidente. La medicación ayuda a eliminar los problemas que interfieren en este proceso normal de recuperación. Si se invierte el orden de estos tratamientos, el proceso puede ser mucho más doloroso o largo.

Psicoterapia

El trastorno de estrés postraumático que acompaña a un accidente conlleva una serie de emociones negativas. Puede experimentar intensos sentimientos de culpa, ira y culpabilidad por su comportamiento o el de otros durante el accidente. También puede experimentar ansiedad y miedo de que su comportamiento atemorizante revele su debilidad, y puede preguntarse si alguna vez podrá reincorporarse a la sociedad. Cuando se ve implicado en un accidente, su confianza en las personas y la sociedad que le rodean se resquebraja, y a menudo tiene dudas sobre sí mismo y los demás. Especialmente en el caso de un accidente grave o una catástrofe, se enfrenta a muchas cosas que nunca ha hecho en su vida, como diversas cuestiones legales, lo que ejerce aún más presión sobre su cuerpo y su mente, ya de por sí tensos. Ayudarle a ordenar los complicados pensamientos y sentimientos que surgen durante este proceso es tan importante como controlar sus síntomas.

Técnicas de estabilización

La ansiedad y la tensión son recordadas por el cuerpo. Cuando estamos ansiosos, temerosos o tensos, adoptamos sin darnos cuenta una postura tensa: el cuerpo se encorva, los músculos del cuello y los hombros se tensan y la respiración o el pulso se aceleran. Estos cambios se producen de forma inconsciente, y la postura se convierte en un círculo vicioso que desencadena pensamientos ansiosos. Al tomar conciencia de estas posturas inconscientes de ansiedad y adoptar una postura relajada y estable, podemos reducir la tensión de nuestro cuerpo y los pensamientos ansiosos que desencadenan. Existen técnicas como la respiración profunda, la respiración diafragmática, el grounding y los abrazos de mariposa, y todas son fáciles de hacer. Todo es de sentido común, pero muchas personas que sufren un acontecimiento traumático no tienen la capacidad mental para hacerlo con calma. Las técnicas de estabilización son muy eficaces para reducir los síntomas iniciales de ansiedad.

Terapia de exposición (PE; Exposición prolongada)

Los recuerdos de un accidente, como todos los recuerdos, disminuirán con el tiempo. Técnicamente, no se borran los recuerdos, pero sí se aumentan, haciéndolos menos dolorosos. Del mismo modo que una persona que desarrolla miedo al agua después de ahogarse de niño puede cambiar gradualmente sus sentimientos hacia el agua del miedo al placer jugando en el agua con su hijo de adulto, esto requiere un proceso de exposición gradual a estímulos que son mucho más bajos en nivel que el trauma del accidente. Un error común es creer que si se tiene miedo a un accidente, sería útil cortar todos los estímulos que recuerdan a él, cuando en realidad es más útil exponerse a cantidades manejables de estímulos que se puedan tolerar.

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